La presentación de la antología de poesía “Ochentosos” en la inauguración de la Feria del Libro en el Rectorado de la UNJu generó gran polémica al encontrarse entre sus escritores Pablo Baca -denunciado por violación, causa que todavía sigue abierta- y que hizo que mujeres repudiaran esta incorporación de una manera original: leyendo textos en las calles de escritores que se opusieron a compartir cualquier publicación con el ex juez.
“Ni rufianas, ni melancólicas” -parafraseando parte del título del libro- expresaba la convocatoria para llevar a cabo la manifestación el mismo día en que estaba prevista la presentación de la antología.
Fue alrededor de las 15, cuando en las inmediaciones del edificio de Rectorado las mujeres convocadas se hicieron presentes con poesías que se leyeron a quienes pasaban por el lugar: transeúntes, chóferes de taxis, de colectivos, en fin, a toda persona dispuesta a escuchar.
Los textos no fueron elegidos al azar, con la firma de Alcira Fidalgo (detenida y desaparecida durante la última dictadura cívico-eclesiástico y militar), como así también de Estela Mamaní y Saúl Solano, ambos escritores que repudiaron haber sido incluidos dentro de la antología junto con el ex magistrado.
Tal como lo había señalado Estela Mamaní para rechazar la publicación “todo arte es político”.
“Hoy 23 de agosto hubo barricadas de poemas. Los semáforos fueron cómplices en las esquinas. Guiñaron con su luz verde el paso de la palabra” señaron las mujeres que pusieron la voz a la protesta.
Y agregaron “no tema señor de traje LA POESÍA, por lo menos la nuestra, sólo agitó la modorra de una siesta de agosto. El arte sucede, decía Whitsler”.