Tras el fallecimiento de Ekel Meyer, presidente de la Suprema Corte queda nuevamente una vacante, teniendo en cuenta que la semana pasada se cubrieron cuatro de las vacantes en el alto poder judicial integrada desde el 2015 por nueve jueces.
Lamentablemente la partida del cortesano, no solo deja un vacío institucional, sino que también expone recuerdos de injusticias en la memoria de jujeños que recuerdan hechos impunes, principalmente la muerte del joven estudiante Matías Puca.
Por estás horas, las redes sociales han sido memoriosas ante la partida de Meyer. Varios recuerdan al magistrado que paso por los tres poderes del estado, desde lo electivo que fue concejal, diputado provincial luego paso al ejecutivo como ministro de Seguridad de la provincia de la mano de Gerardo Morales.
En su función en el ejecutivo fue muy cuestionado por perseguir a ciudadanos, de comandar operativos represivos, de haber intervenido directamente en la detención de la dirigente Milagro Sala en el 2016. Además de ostentar más autoridad que un juez.
Meyer fue un hombre vital para el gobierno radical de hace una década, de manera que es inevitable recordar y hacer memoria de su paso terrenal.
Patricia Bullrich despidió al ejecutor del macrismo en el 2015 en Jujuy , por redes sociales. Ambos compartieron viaje a Israel a especializarse en espionaje y represión, lo aprendido ejecutó sin mediar contextos sociales. También estuvo cuestionado en aquellos viajes antes del Golpe de Estado a Bolivia.
Otro grave hecho fue tras el slogan “Unión, paz y trabajo” hubo impunidad estatal, abuso de autoridad para silenciar, disciplinar a la sociedad como brazo ejecutor de Morales.
Entre hechos graves fue el caso del estudiante Matías Puca que aun no tuvo justicia e involucra a hijos del poder el accidente de esa madrugada. El joven estudiante y carrocero de Maimará atropellado en la avenida Fascio en septiembre de 2017, en plena Fiesta Nacional de los Estudiantes. Su muerte, más allá de la tragedia, reveló un entramado de encubrimientos, maniobras judiciales que aún hoy impiden esclarecer a ciencia cierta quién estaba al volante de aquel vehículo que escapó sin auxiliarlo. El ministerio de Seguridad dilato la investigación con las imágenes de esa madrugada, la justicia fue lenta y aun no hay respuesta a la memoria colectiva.
Otro caso grave fue la persecución, espionaje ilegal e infiltración a Radio Pueblo, radio comunitaria de Alto Comedero.
La memoria recuerda en el año 2020, los operativos para la pandemia teñidos de violencia e incumplimientos de los deberes de funcionarios públicos de la cartera que dirigía Meyer e incluso los nefastos números de femicidios ante la ausencia del estado.
Esa tensión, que atraviesa la última década jujeña, constituyó el trasfondo político en el que Meyer ocupó posiciones centrales. Su nombramiento en la Corte fue cuestionada por organismos de derechos humanos.
El Superior Tribunal, el más alto órgano de la justicia local, sólo puede estar integrado por personas que den garantías suficientes de su completa imparcialidad e independencia respecto de los demás poderes del Estado, así como mostrarse absolutamente impermeable a cualquier instrucción o directiva, debiendo evitarse cualquier circunstancia que pueda reflejar favoritismo, predisposición o prejuicio.
Damnificados, víctimas expresan que estos casos impunes no queden sepultados bajo el duelo oficial. Las sombras que rodean la desaparición física de un funcionario, requieren verdad, investigación y una Justicia que no sea, como denuncian desde hace años, la prolongación de un poder político acostumbrado a proteger a los suyos y castigar a quienes se organizan desde abajo.
Lo que está en juego no es sólo la resolución de causas emblemáticas, sino la posibilidad de que alguna vez Jujuy construya un sistema democrático.
A días de modificarse la composición legislativa, también los ministros que dejarán el Ejecutivo provincial, así lo había adelantado el gobernador Carlos Sadir. Un gobierno radical que busca ocupar todos los cargos posibles o negociar con el peronismo empresario, para el control del estado no es sano para la democracia.
Sería un escándalo que esta semana sea cubierta con celeridad la vacante de Meyer, aunque son tiempos donde el oficialismo busca cubrir su gestión y evitar cuestionamientos de gestiones anteriores que deberían responder a la transparencia de los fondos públicos, mínimamente.
