Alzar la copa del mundo del fútbol no es cosa de todos los días, no sólo porque el campeonato se juega cada 4 años, sino también porque la competencia enfrenta a los equipos más importantes, así, que Argentina se haya coronado campeona este domingo generó la euforia de ciento de miles de hinchas que salieron a las calles, alegría que Morales ordenó reprimir en Jujuy.
Durante el desarrollo del mundial, el avance de la selección nacional en cada fase hizo que la ciudadanía se concentrara el Plaza Belgrano, que terminó por convertirse en el lugar de encuentro para celebrar cada victoria. Ayer la hinchada también intentó congregarse allí, pero la postal fue otra: una plaza cerrada con un vallado humano de policiales que también custodiaban Casa de Gobierno.
Lo peor del operativo fue la represión contra quienes expresaban la algarabía de saberse campeones del mundo. Sobre el puente Azurduy, efectivos corrieron y dispararon a hinchas que querían acercarse a los festejos, tal como captaron filmaciones.
Gerardo Morales copió lo hecho por el Jefe porteño, Horacio Rodríguez Larreta cuando Argentina pasó a la final, oportunidad en que la Policía Metropolitana no dudó en reprimir los festejos en el Obelisco, que ayer se vio inundado de una multitud que salió a alzar de forma imaginaria la tercera copa mundial de fútbol.