En esta madrugada la Pachamama ha recibido en su regazo a Narciso López, fue un luchador indígena que participó en el Primer Malón de la Paz en 1946 y fue el que despidió al Tercer Malón de la Paz en junio de 2023 por la defensa de la tierra.
Oriundo de Queta y con 88 años, don Narciso dejó un legado de lucha que se materializó cuando el Tercer Malón de la Paz emprendió camino hasta la Corte Suprema de Justicia. Ese mediodía, el último sobreviviente de aquella caminata iniciada el 15 de mayo de 1946, respetado y escuchado por la comunidad salió a despedir a la delegación: “no quedarnos atrás, con los brazos cruzados no hacemos nada” daba ánimos a los maloneros que dejaban Abra Pampa para dar batalla al atropello del gobierno de la provincia cuando reformó la Constitución provincial.
“Con la frente alta y un corazón de buen pensamiento para poder trabajar” les manifestó a hombres y mujeres que pusieron el cuerpo a la represión de Gerardo Morales. Fueron las comunidades que levantaron la bandera en la defensa del territorio rechazando el extractivismo y defendiendo el agua.
“Compañeros nosotros hemos iniciado el primer Malón que estamos quedando los últimos, quedan dos nomás. Somos los que empezamos a luchar, ahora no me hallo tan capaz porque no puedo caminar” expresó firme junto a su bastón y la whipala.
“Bueno les deseo suerte con éxitos, que salgamos adelante. No porque somos de la puna, nos quieren desmantelar, nos quieren ver sin nada. Entonces tenemos que luchar”, levanto su puño a los comuneros.
“Esta lucha empezó en el primer (malón) y se seguirá luchando. Los grandes nos desmantelan todo. Gracias compañeros, que dios los ilumine y la santa tierra que nos ayude” fueron sus palabras sentidas en el 2023.
Narciso López se fue dejando un legado de lucha, sin poder ver justicia en sus territorios y es la posta que deja a varios jóvenes que han sabido escuchar la experiencia, compartir la espiritualidad de un hombre luchador.
A la fecha los capangas no perdonan la resistencia de las comunidades indígenas que siguen en lucha, aunque hay comunidades que han bajado la cabeza entregando a hermanos y cediendo la tierra.
La historia del malón
En el año 1946, el Pueblo Kolla, marchó a Buenos Aires, para visibilizar sus reclamos territoriales y denunciar los padecimientos que atravesaban. Los miembros de las Comunidades Queta, Tinate, Casabindo, Casa Colorada, Guadalupe, Agua Chica, Miraflores de la Candelaria, Quichagua, Abra Pampa y Rinconada, entre otras, recorrieron más de dos mil kilómetros para presentar sus pedidos al entonces presidente Juan Domingo Perón. Reclamo que aún es una deuda para las comunidades pre existentes al Estado nacional.
Se trataba de un reclamo sobre las tierras que habitaban, el trasfondo era crudo: las tierras ancestrales de los Pueblos Indígenas en Argentina fueron ocupadas por europeos y sus descendientes criollos. Desplazando a los indígenas de sus territorios, colonizando territorios.
La marcha se inició el 15 de mayo de 1946 en Abra Pampa, Jujuy, y arribó a la capital provincial el 24 de mayo, se sumaron los puneños, de Orán y de Iruya. Luego los marchantes arribaron a Salta, luego a Tucumán el 9 de junio. A Córdoba el 22 de junio y continuaron a Rosario.
La caminata seguía, pasó por San Nicolás de los Arroyos el 18 de julio, por Pergamino el 21 de julio, donde una Comisión de Vecinos les donó comida y ropa. Fueron recibidos por una inmensa multitud, incluyendo autoridades municipales y agricultores, que además venían reclamando por una reforma agraria. El Malón llegó a Luján el 30 de julio, y a Merlo el 1 de agosto, donde fueron bienvenidos y recibieron nuevamente aportes de cientos de vecinos.
El Malón ingresó a Buenos Aires el 3 de agosto de 1946. Fueron recibidos por los directores del Departamento de Protección Aborigen y alojados en el Hotel de Inmigrantes, en Puerto Madero.
Luego de esta recepción, el 27 de agosto, fuerzas de la Prefectura Naval Argentina forzaron a los marchantes a tomar un tren. Al encontrar resistencia llamaron a la Policía Federal Argentina y hacia la medianoche, el Hotel de Inmigrantes fue atacado con gases lacrimógenos. En la madrugada, tropas de asalto al mando del general Velazco ocuparon el Hotel, irrumpieron en los dormitorios y comenzaron a sacarlos a la fuerza, golpeados y empujados.
No lograron permanecer en el hotel y fueron obligados a subir al tren, que pasó por Rosario y por Córdoba en ruta al NOA, con las estaciones rodeadas de policías para impedir que los luchadores pasajeros se bajaran. El 3 de septiembre el tren llegó a San Salvador de Jujuy.