JUJUY

“No me fui, me prioricé y solté”

Sufrió bullying y la única solución que encontró fue irse del colegio

Una estudiante denunció públicamente lo que ocurre dentro del Colegio José Hernández. Discriminación, acoso y falta de acciones por parte de las autoridades

Sufrió bullying y la única solución que encontró fue irse del colegio

 

Una problemática cada vez más difícil de tapar: las instituciones educativas atraviesan sin dar respuestas casos de bullying, por lo que una estudiante en la capital jujeña tomó la decisión de cambiarse de colegio ante la falta de soluciones por parte de las autoridades directivas.

“No me fui, me prioricé y solté”, así consideró Lihué su despedida del Colegio José Hernández donde sufrió discriminación por parte de sus compañeros y compañeras. La adolescente manifestó en una carta sentir “asfixia” y detalló “en estos pasillos se respira indiferencia, crueldad y una falsa superioridad basada en la plata o porque es hijo de... Me voy porque no quiero seguir rodeada de personas que creen que burlarse del otro es gracioso, que pensar distinto es motivo de burla, que amar libremente es algo que hay que esconder”.

La estudiante indicó que los casos de acoso y discriminación son parte de la cotidianeidad del colegio “les gusta hacer daño, no solo a las personas, sino también a lo material” exponiendo la violencia existente en la institución del barrio Los Perales.

Y cuestionó “¿en casa cómo andamos? ¿Quién te educó así? ¿Quién sos vos para hacerme menos? Me sorprende demasiado ver cómo mis propios compañeros manejan el curso como si fueran los dueños del aula solo porque sus padres están pagando ese servicio. No respetan a nadie. Ni a los profes, ni al espacio, ni a sus propios compañeros. La empatía no existe directamente”.

Frente a estos casos, Lihué hizo mención a la falta de acciones por parte de docentes y directivos: “ningún profesor puede poner la verdadera exigencia que corresponde, porque el colegio tampoco los deja. Porque lo único que importa es mantener la imagen. Entonces, cuando hay un problema, lo tapan” y agregó “el problema solo es existente en las 4 paredes de dirección, después se hace silencio. Silencio ante el acoso, ante la discriminación, ante las injusticias”.

Pero los casos de discriminación no se circunscriben entre estudiantes, sino que profesores también son víctimas, la adolescente señaló que un docente renunció por el maltrato constante que recibía y apuntó “¿Dónde están los espacios para hablar de estos temas? ¿Dónde están las charlas, los talleres, los momentos para reflexionar de verdad? No alcanza con un sermón. No alcanza con ‘no lo hagan más, ‘sanción’. Hay que encararlo desde otro lugar. Hay que escuchar, educar, empatizar y actuar”, en referencia a los comentarios homofóbicos, machistas y violentos.

“Este colegio podrá ser el más caro del pueblo, pero eso no lo hace el mejor. Porque un lugar sin respeto, sin inclusión y sin corazón, por más lujo que tenga, está vacío. Y yo no quiero seguir formando parte de eso”, denuncia la carta que pegó la estudiante afuera del complejo educativo.

A pesar de ello, Lihué consideró lo vivido como una enseñanza: “me voy sin rencores. Me hicieron darme cuenta de la calidad de mis valores. Me hicieron ser mejor persona”.

Y advirtió “hay falsedad en los grupos. Discriminación por lo más mínimo. Todos quieren ser parte de los que están en la punta del iceberg. Son crueles. Porque las mujeres odian en secreto, envidian en silencio, todo se lo dice de boca en boca, nunca de frente”.

Por último, concluyó “todo es superficial. Es una competencia constante. Parece que para pertenecer tu ser se estandariza y ahora todas las muñecas tienen la misma sonrisa”.



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