JUJUY

Violencia institucional en Jujuy

Acoso a una mujer policía: en un entrenamiento fue empujada desde el trampolín de una pileta y golpeó con el borde, tiene graves lesiones

Durante un entrenamiento la oficial integrante de la custodia de Tulia Snopek, fue empujada contra su voluntad desde el trampolín de la pileta de los baños públicos. Tuvo serias lesiones pero no hubo denuncia del caso.

Acoso a una mujer policía: en un entrenamiento fue empujada desde el trampolín de una pileta y golpeó con el borde, tiene graves lesiones

 

Una mujer policía perteneciente al Cuerpo de Seguridad y Custodia del Poder Ejecutivo, sufrió un grave abuso de autoridad por parte de sus superiores, cuando durante una capacitación en natación, fue empujada desde el trampolín del Natatorio “Miguel Ángel Lopez” (ex Baños Públicos) contra su voluntad, desde 7 metros de altura impactando contra el borde de la piscina y sufriendo graves lesiones. Minutos antes la oficial, de grado Cabo, había manifestado su temor a lanzarse al agua desde esa altura, ya que no sabía nadar.

Compañeros de la fuerza presentes vieron cuando la mujer fue empujada desde la cima del trampolín en un violento clima de fuertes gritos y agresivas órdenes que superaban la normal relación de instrucción entre superiores y subordinados durante un entrenamiento.

La mujer integraba la custodia de Tulia Snopek, pareja de Gerardo Morales y tiene una trayectoria intachable en su carrera. Según expresó una fuerte policial,  previo al episodio estaba siendo acosada por quien dictaba el entrenamiento, Comisario Martín lñiguez, luego de que ella se negara a sus insinuaciones amorosas. El rechazo habría originado el inicio de un hostigamiento y aplicación de presión psicológica sobre la víctima en busca de que ella abandone la fuerza que derivaron en este incidente.

Sin embargo el violento hecho no fue denunciado ni reportado y por ello no hay un sumario ni tampoco se constituyó un expediente, ya que las autoridades en cuestión resuelven estas cuestiones con traslados de policías (hombre o mujeres) a otras localidades lejanas. Entonces las mujeres de la fuerza que son acosadas, o violentadas por personal superior deciden callar para evitar esos traslados.

Tras la caída del trampolín la Cabo se encuentra en un estado de salud complicado ya que perdió movimiento en el labio y sufrió fisuras de costillas las cuales fueron atendidas en el Hospital Pablo Soria, pero a las 24 horas ya fue traslada a su domicilio para continuar su recuperación. Llama la atención que con ese diagnóstico le hayan dado el alta tan rápida en el nosocomio.

El hecho ocurrió el 24 de febrero pasado, mientras se desarrollaba la capacitación en “Entrenamiento básico de natación y rescate acuático”, destinada a los agentes del cuerpo de custodia y fue  aprobada por la resolución 81 JP/21, donde se designó Como Supervisor y Coordinador responsable del entrenamiento al Comisario Martin Iñiguez Jefe del Cuerpo de Seguridad y Custodia  del Poder Ejecutivo

El gobernador habría tomado conocimiento del caso de la Cabo y su caída, aunque se desconoce si le contaron todos los detalles; pero le habrían comunicado que estaba recuperándose y que además el incidente habría tenido lugar durante el servicio. La resolución que aprobó la capacitación expresamente dispone en su artículo 3 “considerar las lesiones que pudieran sufrir en el transcurso de la misma como ocurridas “En Servicio””.

 

Instructores violentos y un ambiente no preparado para la capacitación

Otros participantes de esa capacitación mencionaron que el lugar destinado para realizar la práctica –la pileta de los Baños Públicos en barrio San Pedrito- no contaba con todas las medidas de seguridad necesarias para desarrollar la actividad. 

En particular la Cabo, de apellido Ibáñez fue sometida al entrenamiento dispuesto por el comisario Iñiguez de saltar de un trampolín desde una altura aproximada de 7 metros. La mujer tenía miedo a la altura y a la profundidad de la pileta; y además había manifestado su temor a los profesores presentes.

Pero sin importar lo expresado, los profesores a cargo de la actividad, encabezados por el comisario Ernesto Javier Burgos, jefe del CEOP Cuerpo Especial de Operaciones Especiales -siguiendo órdenes de Iñiguez- empujaron desde el trampolín a Ibañez. Llama la atención porque el comisario Burgos estaba de licencia, pero apareció en la escena de ese día.

El dia del entrenamiento se escucharon órdenes y gritos de tono militar de Iñiguez hacia lbañez: “pida la baja si no sabe nadar”,”retírese, pida el traslado”, humillándola delante de los compañeros.

En el libro de novedades de las fuerzas de ese 24 de febrero con folio 186,se deja constancia que a las 16:15 de ese día, mientras se desarrollaba la capacitación de nociones básicas de natación  en la pileta de los Baños Públicos, “en horas de la mañana surgió una novedad con la Cabo lbañez , legajo xxxxx, la cual en el momento de la práctica sufrió golpes varios durante la realización de un ejercicio , que por tal motivo debió ser asistida  por personal del SAME y trasladada al hospital Pablo Soria para realizar estudios .”

Según testigos, al ser empujada, la mujer cayó del trampolín al vacío impactando de lleno en el borde de la pileta y luego a la profundidad de la pileta ocasionándole múltiples lesiones y siendo trasladada al hospital Pablo Soria en ambulancia del SAME.

Iñiguez que estaba al  frente de la capacitación debería haber suspendido la actividad por el “accidente” supuesto, pero aún así continuó con la rutina de entrenamiento minimizando la grave situación.

Durante la práctica denominada “prueba de valor” que es un salto de altura, Iñiguez hostigaba a la mujer policía: “tírese, tírese”, conociendo que ella no sabía nadar. Había un instructor abajo esperándola y otro arriba para que salte pero ella había anunciado: “no me siento capaz, no me voy a tirar.”, esa expresión era suficiente para no forzarla a cumplir con el ejercicio

La violencia de género en la Policía de la Provincia es vox populi, pero son pocos los que reconocen el abuso que hay y menos los que se animan a denunciarla; la mayoría naturaliza la violencia como si fuera un mandato.

En esas condiciones aunque el Ministro de Seguridad comisario Guillermo Corro dicte una y otra vez cursos de capacitación en violencia de género, no ayuda a detener la violencia que atraviesa a la fuerza.

Las personas que reconocen que hay que poner fin a estas acciones que pueden terminar con la vida de las mujeres, en este caso de una mujer policía debe denunciarse y las autoridades como el Consejo de la Mujer actuar de oficio para dar respuesta a la víctima y no revictimizarla. Actualmente la mujer perdió parcialmente la movilidad del labio, siente miedo y se suman las amenazas. 

En este caso como tantos otros es imprescindible que los organismos del estado funcionen actúen de oficio para dar transparencia y frenar los abusos en los diferentes espacios del gobierno provincial.

“Las mujeres nos sentimos desprotegidas, señor gobernador no permita más este tipo de situaciones, señor ministro Corro tome cartas en el asunto, basta de acoso, basta de maltrato a las mujeres, situaciones como estas ocurren muy seguido pero no se dan a conocer por miedo al traslado, ya pasaron muchísimos hechos, señora Alejandra Martinez por favor, las mujeres le pedimos que investigue”, sostienen mujeres policías que buscan desarrollar su tarea lo mejor posible, sin temor al acoso y la violencia.

 

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