JUJUY

Editorial

El abandono como política de estado, la historia que se repite en Jujuy

La falta de atención médica, que sufren muchos Jujeños y ya produjo víctimas fatales obedece a una estrategia del estado provincial que no reconoce el derecho a la salud para todas y todos por igual.

El abandono como política de estado, la historia que se repite en Jujuy

Por Rodrigo Quiroga

Un fractal es un objeto geométrico cuya estructura básica, fragmentada o aparentemente irregular, se repite a diferentes escalas. El concepto fue descripto en los años 70 por el matemático francés Benoit Mandelbrot.

El fenómeno se encuentra repetidas veces en la naturaleza: si miramos la forma de un caracol y a continuación observamos sólo una pequeña porción de su caparazón, encontramos que esa forma helicoidal característica se repite en sus fragmentos. Muchas hojas, flores, estructura anatómicas de seres vivos y hasta galaxias repiten esa conformación.

No sólo los objetos geométricos son fractales. A veces la realidad también lo es y tiende a reproducir regularidades e irregularidades, en tiempo y espacio.

“Como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos, amén”, se reza en la misa. Porque “Sic mundus creatus est”  (así fue creado el mundo) enuncia nuestro evangelio contemporáneo en Netflix.

Desde la sociología (y aunque sus acólitos revolucionarios no hayan tenido tanto éxito, su modelo explicativo sigue siendo potente) Marx había descripto porqué esas regularidades en el tiempo tienden a repetirse. En la medida en que la forma en que el hombre piensa el mundo –su ideología- está determinada por sus “condiciones materiales de producción”, si estas no cambian, la concepción de la vida social tampoco.

A una estructura productiva primaria y concentrada, le corresponden una forma de ejercer la política poco democrática, cerrada, casi feudal. Y una ideología que intenta justificar ese ejercicio del poder

La historia de siempre

La forma que la pandemia de coronavirus ha tomado en Jujuy, es fractal, expresa una vez más las formas en que el poder tradicionalmente se ha ejercido sobre sus ciudadanos de manera típicamente injusta y arbitraria.

Una vez más, en la dramática expansión de los casos de coronavirus, hemos visto cómo quienes sufrieron la exclusión del sistema sanitario, la ausencia de testeos, y hasta las muertes de seres queridos en sus domicilios sin recibir atención médica, son los más humildes y muchas veces los más explotados por el sistema productivo privado y estatal y sus “contactos estrechos”, es decir su familia.

Obreros del Ingenio Ledesma y mineros en el sector privado; trabajadores de la salud y de las fuerzas de seguridad en el sector público. Y a partir de ellos, descuidados y desprovistos de las medidas de protección necesarias, el covid-19 se expandió por toda la provincia.

El mapa de los principales centros productivos y administrativos de la provincia puede superponerse de manera bastante aproximada al de los focos de contagio del covid-19.

Jujuy tiene ya 4880 casos de covid-19 y 127 víctimas fatales, desde que se inició la pandemia. De esos casos 4622, el 99,78 % aparecieron desde el 16 de junio, en el brote originado por los policías que viajaron con Gerardo Morales y su comitiva a los pueblos de frontera. Cansa repetir ese hecho pero al parecer, ni el mandatario ni su gobierno han tomado nota de las consecuencias que acarrearon para Jujuy esa irresponsabilidad.

Una respuesta: justificar, minimizar y normalizar

Hoy somos la tercera provincia con más casos en el país luego de la Provincia y la Ciudad de Buenos Aires, con el sistema sanitario “colapsado en algunos lugares” como reconoció Morales. Precisamente en esos lugares, como Libertador, Perico o San Pedro  la gente vivió momentos dramáticos por el abandono de parte del estado jujeño.

Se repitieron las denuncias de los familiares de personas que murieron porque no llegaron a recibir atención médica. Personas  asintomáticas o con síntomas leves que por haber estado en contacto con casos positivos estaban aisladas en sus domicilios, muchos de ellos sin ser testeados por el estado. Ante el agravamiento de su cuadro, especialmente con síntomas respiratorios buscaron el auxilio médico del estado, llamaron al COE, al SAME, acudieron a los hospitales y no fueron atendidos. Murieron por ser trasladados en último momento para cuidados intensivos, o no llegaron siquiera a recibir atención médica.

Una de los acuerdos centrales de nuestro país, se ha puesto en deuda en Jujuy: que el estado debe garantizar el acceso a la salud de todos sus ciudadanos por igual.

Ante el desborde sanitario, la reacción del gobierno de Gerardo Morales fue contradictoria. Por un lado asumirlo de palabra y minimizarlo, como quien ve la realidad provincial desde afuera y no como su gestor.

“Sí sucedió que gente falleció en sus casas”, admitió el ministro Bouhid ante la prensa nacional, interrogado por las declaraciones de un comisario de Libertador que reconoció 14 fallecidos en sus domicilios. A modo de excusa infantil agregó: “y en el interior de la provincia se torna más injusta la situación  porque evidentemente tienen distancias más largas a recorrer hasta los centros de asistencia”. ¿Es que acaso la respuesta del sistema de salud jujeño no tiene prevista el traslado de pacientes críticos, ante el colapso “en algunos lugares”?

Para justificar el desborde, el ministro agregó “Y cada vez que ponemos más cosas si los contagios siguen avanzando como le pasó el resto del mundo, imagínese usted que colapsó Estados Unidos, colapsó Europa y colapsó Italia, lugares como el nuestro también colapsaron”.

Si la respuesta de un funcionario del gobierno es aceptar como un hecho inmodificable el desborde sanitario y las muertes producidas, antes que buscar una solución, entonces tal vez ese gestor está desbordado y debiera dar un paso al costado.

Clientedemia

Conocidos los testimonios del colapso sanitario a nivel nacional, con el fallecimiento de personas atendidas de urgencia a último momento o directamente sin atención médica, en su domicilio, la otra respuesta del gobierno de Gerardo Morales además de intentar justificar, minimizar y normalizar los hechos fue hacer demagogia.

Por un lado, para contentar a algunos sectores, consiente, en el pico de casos la apertura de actividades comerciales y deportivas en la capital. Sin embargo el jefe de Gabinete del Ministerio de Salud de la Nación Lisandro Bonelli cuando vino a la provincia junto a médicos y terapistas manifestó que la situación de Jujuy "no está controlada".

Por otro lado. de una manera caprichosa y hasta adolescente frente al colapso Morales respondió haciendo lo que está inscripto en los genes de un político feudal, alimentado con la nueva sangre “Pro” de la eterna campaña electoral: clientelismo.

En vez de procurar acercar respuestas directas a los jujeños que están sufriendo, aislados en sus casas por presentar síntomas o ser contactos de casos positivos, y que llaman al COE y SAME sin recibir contestación ni atención médica, a Morales le pareció que era necesario salir a mostrarse presente en el territorio repartiendo bosones de mercadería.

La entrega de bolsones es necesaria para la población carenciada y que en estos momentos no puede salir a ganarse el pan, eso está fuera de discusión. Pero esa actividad la cumple regularmente el estado provincial. No es necesario que el gobernador esté presente para mostrarse junto –nuevamente- a una comitiva de funcionarios, custodias y el ejército argentino.

Sucesivamente Morales junto a su séquito estuvo en Monterrico, El Carmen, Libertador General San Martín, Volcán, Purmamarca, La Mendieta, Yuto, Santa Clara, El Piquete, Rodeíto, San Pedro y en el barrio Alto Comedero de San Salvador. En esas localidades, se reunió con autoridades, visitó algunos hospitales, sin solucionar los problemas graves que tienen por falta de insumos y personal, y sobre todo repartió mercaderías generando aglomeraciones absolutamente opuestas a la prédica de distanciamiento social.

Parece que al gobernador le importan más sus posibilidades electorales futuras que las necesidades más apremiantes de los ciudadanos jujeños, y la solución del acceso a la urgente atención médica que hoy hace la diferencia entre la vida y la muerte.

Ya una vez su comitiva trajo el brote del virus a Jujuy en su gira por pueblos fronterizos, ahora su nueva gira terminó con el anunció de que el propio gobernador se contagió de coronavirus.

La irresponsabilidad del gobernador en sus despliegues ya han generado un problema para la provincia, no para él.

Quien fuera el inquisidor de la cuarentena más estricta, cuyas medidas recayeron con multas y persecución a los jujeños parece no haber comprendido a esta altura de la pandemia que el aislamiento no sólo tiene como propósito cuidar la propia integridad sino también  cuidar la de los demás, evitando ser vehículo del covid-19. 

Lo que ocurre con Morales es que exhibe otro de los rasgos de una política feudal: en esa concepción hay un grupo de personas, cuasi nobles, que están por encima de la ley y pueden hacer lo que les plazca sin importar las consecuencias, mientras exigen a la gente el cumplimiento más cabal de la ley sin concesión alguna y con castigos para el desobediente. En esa forma de ver el mundo no somos todos iguales ante la ley ni en el acceso a la salud.

Ahora, una cosa es pretender que se tiene una razón superior a la ley como mecanismo de ejercicio del poder y distinto es llevar la idea de poseer la razón absoluta a otros terrenos como el de la ciencia médica. La escena grotesca del gobernador prescribiendo medicamentos por TV abona la segunda hipótesis, aunque esa razón absolutista fue prontamente rechazada por colegios médicos y farmacéuticos.

El abandono como política de estado 

Con el avance de los contagios de covid-19 en Jujuy y el status de circulación comunitaria instalado, la provincia en forma consonante con directivas nacionales, amplió la modalidad de confirmación de casos positivos.

De acuerdo a esa nueva modalidad, que el gobierno de la provincia difundió en el área de salud a través del Memorándum 25-S/2020,  se asumen como positivos para covid 19 a personas que tuvieron contactos estrechos con casos positivos o presentan síntomas leves , sin necesidad de hacer un testeo.

Tanto a los contactos como pacientes con síntomas leves se los aisla durante 14 días y se les dará el alta, sin necesidad de realizar un test “Las altas del asintomático y sintomático leve covid positivo se producirá el día 14 sin necesidad de PCR”, señala en el punto 16.

Siempre de acuerdo a la normativa, esos pacientes aislados serán asistidos por “Telemedicina” y a los sintomáticos leves se les entregará un Kit de medicamentos y se les hará un seguimiento de la saturación de oxígeno (seguimiento que en muchos casos no se realiza).

Además ni siquiera los casos con síntomas graves son directamente testeados ya que el memo explicita que “Se procederá a tener estrategia de testeo a los ciudadanos que indique el Ministerio de salud mediante la Subdirección de Epidemiología”. Es decir que los testeos quedan a criterio únicamente del Ministerio de Salud.

Básicamente el gobierno ante el colapso del sistema de salud, se desliga de la necesidad de hacer testeos para confirmar si alguien es covid positivo y confina en su domicilio a los asintomáticos leves y contactos de casos positivos. Esas personas son tratadas únicamente por “Telemedicina” o seguidas por Agentes Sanitarios.

La estrategia comprende que en el caso de que en esos casos si alguien presenta un cuadro que se agrava, el sistema sanitario podrá darle una respuesta, buscándolo y llevándolo a un hospital para que reciba los cuidados intensivos. Pero el sistema provincial demostró que no tiene esa capacidad de respuesta a través del COE ni del SAME ni hospitales , y por eso hay gente padeciendo en sus domicilios y hasta quienes llegan a morir sin recibir asistencia.

Y si bien esa estrategia epidemiológica fue confirmada también desde el Ministerio de Salud de la Nación, desde esa cartera informaron a Página 12: “Los casos que reúnen estas características siguen requiriendo la realización de la prueba de PCR -afirmaron desde la cartera de Salud-. Los que cumplen criterios de internación, los que son trabajadores de salud, los que residen o trabajan en instituciones cerradas, las personas embarazadas; aquellas personas que poseen factor de riesgo como son personas mayores de 60 años, las que tienen enfermedades cardiovasculares, respiratorias, crónicas y aquellas personas que han fallecido sin una causa conocida. En esos casos, debe realizarse la PCR”. Pero esas directivas no se cumplen en Jujuy.

Obviamente que cuando el gobernador o un intendente presentan sintomas, él ,su grupo familiar y sus contactos son testeados inmediatamente y no puestos en aislamiento dejados a la "buena de dios" con un kit como toda provisión de medicina. "Haz lo que yo digo pero no lo que yo hago" podría ser el nuevo slogan para las actitudes del oficialismo.

Sin embargos no todos los jujeños quedan sin testear. “Donde hay una necesidad nace un negocio” parece ser el lema del poder provincial.

Se conoció esta semana que entre otros que realizan Test PCR en el ámbito privado, conformando un lucrativo negocio, con una necesidad que el gobierno ha dejado de atender se encuentran dos diputados del peronismo jujeño. Entrevistada por medios nacionales, una de ellas negó que exista un colapso sanitario en la provincia. Bueno, lo que seguramente no ha colapsado son sus bolsillos.

En esas viejas sociedades entre el ala conservadora de un partido y otro que se ha vuelto conservador y que hoy gestiona, representando los intereses de los mismo sectores productivos que siempre gobernaron a Jujuy podemos encontrar la supervivencia del pasado entre nosotros. Donde los abandonados son siempre los mismos.

 "No existe la magia, todo es ilusión. Las cosas sólo cambian cuando nosotros las cambiamos, pero tienes que ser hábil, hacerlo en secreto. Y entonces parece magia" (frase del personaje Mikkel, en “Dark”).



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